Una imagen vale más que mil palabras

El brutal atropello  -sorprendentemente no mortal-  de Mario Valencia[1] por parte del agente de policía de Arizona, EE.UU., Michael Rapiejko, ocurrido el 19 de febrero de 2015; la muerte de Eric Courtney Harris[2] provocada, supuestamente de manera accidental, por el veterano ayudante del sheriff de Tulsa (Oklahoma, EE.UU.), Robert Bates, el pasado 2 de abril de 2015; o la ejecución de Walter L. Scott[3], dos días después, el 4 de abril, a manos del agente de policía Michael T. Slager, en North Charleston (Carolina del Sur, EE.UU.), han formado parte del sumario de los noticieros televisivos de medio mundo, ampliando un ya notable registro de lamentables acontecimientos similares[4],[5].

Un elemento común a todos los casos citados: la omnipresencia de “lo digital”; más concretamente, de la tecnología de video digital, que se ha integrado en todo tipo de dispositivos, desde equipos de bolsillo (teléfonos o similar, lo que nos ha permitido conocer de primera mano el caso Scott), hasta aparatos electrónicos corporales (wearables, según su denominación inglesa, del estilo de las minicámaras que llevan como parte de su equipo los más vanguardistas agentes de la ley y que nos han convertido en testigos directos de los casos Valencia y Harris).

En cualquiera de estas dos variantes, “lo digital” vuelve a mostrarse disruptivo; en esta ocasión en relación a una actividad pública como lo es la policial. Y ello, por cuanto va a modificar, si no está haciéndolo ya, algunos de los más reprochables usos y costumbres de la citada actividad.

Mientras se determinan los pros y contras del despliegue de minicámaras entre las fuerzas del orden -en el lado de los beneficios, la materialización de una nueva estrategia pública de mejora en la rendición de cuentas y de una mayor transparencia; en el lado de las desventajas, la complejidad y coste derivados de la gestión y tratamiento de la ingente cantidad de datos de video recabados- el uso de esta tecnología va configurando un nuevo escenario para el enfrentamiento, para el ataque y la defensa; va abonando el terreno para viejos conflictos, como las protestas sociales, habilitados por nuevos medios: los digitales.

En toda confrontación los medios materiales y físicos que la hacen posible constituyen su armamento. Las herramientas digitales no son una excepción. Son las nuevas “ciberarmas” empleadas, como se ha apuntado, tanto en la defensa, como en el ataque.

En el plano defensivo, las agencias policiales dotan a sus miembros de cámaras corporales, entre otros motivos como garantía de “higiene profesional”, de aval de una labor profesionalmente realizada. En este sentido, el ejemplo más paradigmático puede ser el del Departamento de Policía de Seattle (Washington, EE.UU.), que en febrero de 2015[6] habilitó un canal de YouTube[7] en el que muestra videograbaciones de las actuaciones de sus agentes.

En el lado del “ataque” -en este caso “denuncia”, dado que no pretende ser más que otro mecanismo de defensa ante los excesos y abusos policiales- estarían las posibilidades ofrecidas por los teléfonos móviles (vimos la muerte de Walter gracias a la grabación realizada por el inmigrante dominicano Feidin Santana), en combinación con las redes sociales que se han convertido en el campo de acción de activismos de todo tipo.

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Las guerras de YouTube

Pocos ejemplos muestran mejor la rápida y reciente explosión de lo digital, de la creciente ubicuidad de la imagen digital, que las famosas fotografías de la romana Via della Conciliazione, tomadas en 2005 y 2013, por los fotógrafos Luca Bruno y Michael Sohn para la agencia Associated Press[8].

El 4 de abril de 2005, tras el fallecimiento del Papa Juan Pablo II, Bruno retrató una calle atestada de fieles dirigiéndose en procesión hacia la basílica de San Pedro, donde presentarían sus respetos al cadáver papal. La gente aparece caminando con normalidad, con los brazos hacia abajo y solo es visible, en el primer plano de la imagen, un único teléfono móvil (¡Faltan dos años y medio para la llegada del iPhone!).

La fotografía de Sohn, tomada en la noche del 13 de marzo de 2013, tras la elección del cardenal Jorge Bergoglio como nuevo Pontífice, muestra una escena bien distinta: la multitud avanza hacia la Plaza de San Pedro para presenciar el primer discurso del Papa Francisco, pero, esta vez lo hace con los brazos en alto, sujetando sus teléfonos móviles y tabletas, que guardarán para la historia el jubiloso momento (¡Es el sexto año de la era iPhone!).

Sin embargo, como se ha apuntado al principio de esta reflexión, cámaras, móviles y redes sociales no siempre han sido protagonistas de escenas tan inocentes. En 2009, durante el reivindicativo “Movimiento Verde” iraní, un móvil e Internet mostraron la muerte de la joven estudiante Neda Salehi Agha Soltan[9] ¡Posteriormente, las autoridades prohibirían captar imágenes de su funeral! Dicha prohibición trataba de atajar el que se ha demostrado como uno de los mayores potenciales de estos nuevos medios: su capacidad de movilización, la cual fue ampliamente explotada durante las “primaveras” que recorrieron el norte de África en 2011.

Pero sería en el marco de la contienda de Irak, desarrollada a lo largo de la primera década del siglo XXI, donde realmente adquiriría sentido tildar al video digital como una verdadera ciberarma. En su informe de 2009, elaborado para el Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de los EE.UU., “YouTube War: Fighting in a world of cameras in every cell phone and Photoshop on every computer[10] (“La Guerra de YouTube: Luchando en un mundo de cámaras en cada teléfono móvil y Photoshop en cada ordenador”), la académica y analista Dra. Corie E. Dauber señalaba el impacto de las grabaciones en video -habitualmente de ataques a blancos aliados- realizadas y difundidas por los insurgentes. Un impacto que se materializó en el desaliento de al menos una parte de la opinión pública occidental -objetivo prioritario de las citadas grabaciones-  respecto de la utilidad del conflicto.

Sería solo el principio …

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La macabra presencia mediática del “Cibercalifato”

La Primera Guerra del Golfo (1990-91), que siguió a la invasión de Kuwait por parte de Irak, fue la guerra de la cadena estadounidense CNN, que la retransmitió en directo a todo el mundo. Durante la Segunda Guerra del Golfo (2003-2011), que acabó con el régimen de Saddam Husein en Irak, la cadena catarí Al-Jazeera se dio a conocer en Occidente. La actual contienda que el mundo mantiene con el Estado Islámico de Irak y el Levante (EI), no ha requerido periodistas: el desarrollo tecnológico ha facilitado a los terroristas grabar, montar en sus propios “estudios” y divulgar sus acciones, sin la cobertura que habría ofrecido la prensa convencional.

Dichos estudios de campaña, verdaderos laboratorios de medios, son y han sido objetivo prioritario de las fuerzas occidentales desde los tiempos de la Guerra de Irak. Como relata la Dra. Dauber en su estudio, ya en ese momento el tratamiento que recibían ese tipo de instalaciones era el de infraestructuras críticas para el uso: se mantenían aisladas de Internet y solo cuando su producción videográfica estaba preparada, era trasladada a aquellos otros puntos desde donde se la podía subir a la red. De ese modo, la combinación de las capacidades tecnológicas que hoy ofrece el video digital con las que aporta Internet, han hecho del conjunto una verdadera “ciberarma” y han convertido al autoproclamado califato en un “cibercalifato”, cuya presencia en Internet, descrita parcialmente en el reciente “The ISIS Twitter Census[11], ha resultado clave para las pretensiones del EI desde diferentes perspectivas:

  • En primer lugar, como se ha señalado en alguno de los casos mencionados más arriba, EI ha sabido aprovechar la capacidad de movilización de sus acciones propagandísticas, consiguiendo atraer a Irak y Siria a varios miles de combatientes que han acudido en su apoyo desde todos los rincones del globo.
  • En segundo, las macabras imágenes difundidas por EI a lo largo del último año -la más estremecedora, sin duda, la muerte del piloto jordano, Muath al-Kaseasbeh[12], quien fue quemado vivo a principios de año-  han buscado doblegar los ánimos de quienes han tenido la fortuna de verlas desde la distancia.

El terror desde la comodidad de un sofá parece menor, pero no debería despreciarse el potencial de estas ciberarmas de difusión masiva.

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[1] Lisaius, Som. “Marana police video shows cruiser ram crime spree suspect”. Tucson News Now, 14 de abril de 2015.

URL [a 2015.04.26]: http://www.tucsonnewsnow.com/story/28801395/marana-police-dash-cam-video-shows-cruiser-ram-crime-spree-suspect.

[2] Ortiz, Erik. “Oklahoma Man Eric Harris Fatally Shot by Deputy Who Meant to Fire Taser”. NBC News, 12 de abril de 2015.

URL [a 2015.04.26]: http://www.nbcnews.com/news/us-news/oklahoma-man-eric-harris-fatally-shot-police-accident-instead-tased-n340116.

[3] Smith, Michael S. y Matt Apuzzo. “South Carolina Officer Is Charged With Murder of Walter Scott”. International New York Times, 7 de abril de 2015.

URL [a 2015.04.26]: http://www.nytimes.com/2015/04/08/us/south-carolina-officer-is-charged-with-murder-in-black-mans-death.html.

[4] López, Germán y Anand Katakam. “Interactive map: US police have killed at least 5,600 people since 2000”. Vox Media, 9 de abril de 2015.

URL [a 2015.04.26]: http://www.vox.com/2014/12/17/7408455/police-shootings-map.

[5] Katakam, Anand. “Police-involved deaths (2000-2015)”. Anand Katakam/CartoDB, 9 de abril de 2015.

URL [a 2015.04.26]: https://anandkatakam.cartodb.com/viz/e13166bc-854f-11e4-abdb-0e018d66dc29/embed_map.

[6] Área de Comunicación del Departamento de Policía de Seattle. “SPD Launches YouTube Channel for Bodyworn Video”. Blog “SPD Blotter”, 25 de febrero de 2015.

URL [a 2015.04.26]: http://spdblotter.seattle.gov/2015/02/25/spd-launches-youtube-channel-for-bodyworn-video/.

[7] Departamento de Policía de Seattle. “SPD BodyWornVideo”. YouTube, febrero de 2015.

URL [a 2015.04.26]: https://www.youtube.com/channel/UCcdSPRNt1HmzkTL9aSDfKuA.

[8] Dellaverson, Carlo. “Witnessing papal history changes with digital age”. NBCNews, 14 de marzo de 2013.

URL [a 2015.05.02]: http://photoblog.nbcnews.com/_news/2013/03/14/17312316-witnessing-papal-history-changes-with-digital-age.

[9] El Mundo. “Neda, el ‘Ángel de Irán’”. ElMundo.es, 23 de junio de 2009.

URL [a 2015.05.02]: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/23/internacional/1245737789.html.

[10] Dauber, Corie E. “YouTube War: Fighting in a World of Cameras in Every Cell Phone and Photoshop on Every Computer”. Strategic Studies Institute, 16 de noviembre de 2009.

URL [a 2015.05.04]: http://www.strategicstudiesinstitute.army.mil/pubs/display.cfm?pubID=951.

[11] Berger, J.M. y Jonathon Morgan. “The ISIS Twitter census: Defining and describing the population of ISIS supporters on Twitter”. The Brookings Institution, marzo de 2015.

URL [a 2015.05.05]: http://www.brookings.edu/research/papers/2015/03/isis-twitter-census-berger-morgan.

[12] Uno de los primeros ‘tweets’ recogiendo la noticia del brutal asesinato del piloto jordano Muath al-Kaseasbeh, publicado el 3 de febrero de 2015.

URL [a 2015.05.05]: https://twitter.com/reecegeisler/status/562673337315647488.