En la actualidad, las organizaciones también han sido testigos de un avance tecnológico constante que ha dado lugar a una dependencia de infraestructuras digitales, generando con ello una mayor exposición a amenazas cibernéticas en América Latina y El Caribe. Ante la rápida expansión de la conectividad y la digitalización de sectores clave, la región se encuentra en un momento crucial para fortalecer sus capacidades en ciberseguridad. Por ello, el desarrollo de habilidades en ciberseguridad al interior de las organizaciones toma aun mayor importancia y se convierte en un desafío que no solamente demanda la implementación de nuevas tecnologías, sino también el desarrollo de habilidades especializadas en el manejo proactivo de amenazas y la salvaguarda de activos digitales.

El panorama en materia de ciberseguridad en la región de Latinoamérica y El Caribe tiene claroscuros. Por un lado, existen esfuerzos visibles por parte de diversos sectores para desarrollar e incrementar sus capacidades de seguridad en sus ecosistemas digitales, y por otro lado, seguimos viendo el incremento en los incidentes y ataques cibernéticos. Los retos y desafíos de la ciberseguridad son amplios, en Latinoamérica en 2022, el 62% de las empresas reconocieron haber sufrido un incidente de filtración de datos y 91% un ciberataque. En el estudio Global Cybersecurity Leadership Insughts Study de EY, señalan que los costos del 2022 por un incidente de ciberseguridad llegaron a costar a las empresas hasta 3 millones de dólares, una cifra alarmante y que sin duda afecta las finanzas y los recursos de estas.

La seguridad de las organizaciones continúa amenazada por el desarrollo acelerado de las tecnologías emergentes y el perfeccionamiento del cómputo en la nube, el cómputo cuántico y los modelos de inteligencia artificial generativa, sobre todo porque se están vinculando a ataques cibernéticos, hacktivismo y ransomware. Por ello, es importante cerrar filas y construir dentro de las organizaciones un modelo de seguridad cibernética que permita además de la respuesta y cooperación ordenada ante los incidentes cibernéticos, un modelo que facilite el desarrollo de profesionales con habilidades y capacidades que contribuyan a salvaguardar los recursos claves y estratégicos de las organizaciones. Tener un modelo organizacional que considere la atracción y el desarrollo de talento, que incluya la formación de capacidades y perfeccionamiento de habilidades en ciberseguridad es uno de los mayores retos y metas de las organizaciones.

A la fecha, resulta alarmante que aún con todo el contexto global y los datos duros del crecimiento de la actividad delictiva y subversiva en el ecosistema digital existan empresas, organizaciones y gobiernos que no cuenten con un modelo organizacional que considere e incluya la ciberseguridad. Sin duda, un modelo en la materia correctamente desarrollado podría establecer la ruta crítica, las políticas, los lineamientos, planes y programas para la protección efectiva de los activos clave y la gestión integral de la ciberseguridad, incluyendo los planes de continuidad y de respuesta a incidentes que permitan continuar con las operaciones y procesos sustantivos de la empresa u organización en el caso de que se materialice un incidente o un ataque cibernético.

La ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental para la estabilidad y el progreso de las organizaciones y gobiernos, sin embargo, se conoce abiertamente el déficit de profesionales en el sector. Con este contexto, la formación de cuadros y el desarrollo de habilidades cibernéticas emerge como una prioridad estratégica que trasciende los límites de las profesiones y se proyecta directamente en el ecosistema digital al interior de las organizaciones. La ciberseguridad es una necesidad imperante en un mundo en el que la información es un activo crítico y constantemente atacado, y la implementación de un modelo que incluya la formación de cuadros especializados en ciberseguridad, no solo con conocimientos técnicos sino con desarrollo de habilidades de ciberseguridad y ciberdefensa, con mentalidad proactiva y preventiva ante las amenazas digitales (inteligencia de amenazas) que cada vez son más sofisticadas y con mayor impacto, resulta prioritario.

Con la formación de cuadros en ciberseguridad no solo se beneficia la organización y a los colaboradores, sino que se tiene un impacto directo en la cultura organizacional.

Las habilidades de ciberseguridad y ciberdefensa desarrolladas estratégicamente dentro de una organización fortalecen la respuesta y defensa de las amenazas cibernéticas de la misma. Formar cuadros en ciberseguridad no solo es una respuesta defensiva ante las amenazas digitales, sino que fortalece la capacidad de anticipar y gestionar riesgos cibernéticos integralmente y proporciona a las organizaciones la confianza necesaria para explorar nuevas oportunidades en el ámbito digital, volviéndolas más resilientes y competitivas. Además, el talento joven en ciberseguridad aporta una perspectiva fresca y creativa, vital para la adaptación continua a un panorama digital en constante evolución. Entonces, se torna esencial la formación de habilidades y de expertos en ciberseguridad, con el propósito de robustecer las defensas digitales y asegurar la integridad, confidencialidad y disponibilidad de los sistemas informáticos en las organizaciones.

En síntesis, los modelos de ciberseguridad que consideran la formación de cuadros y el desarrollo de habilidades cibernéticas en las organizaciones no se limitan a preparar a individuos, sino que fortalecen el ecosistema digital en su conjunto. Al invertir en el desarrollo de las habilidades en ciberseguridad, estamos invirtiendo en un futuro digital seguro, innovador y resiliente para nuestras organizaciones.

Para asegurar el éxito de un modelo de ciberseguridad que incluya un plan de formación en ciberseguridad y ciberdefensa, es fundamental buscar la guía de instituciones y profesionales con experiencia docente, práctica y en campo. La colaboración con expertos que han enfrentado y resuelto desafíos reales en ciberseguridad proporciona una perspectiva valiosa. Estos profesionales no solo comparten conocimientos teóricos, sino que también transmiten lecciones aprendidas en el mundo real y preparan a los jóvenes para situaciones prácticas.

Al emplear un enfoque estratégico en la selección de instituciones y profesionales para la formación, las organizaciones garantizan que su equipo joven adquiera conocimientos y también desarrolle la agilidad y la destreza requeridas para proteger los activos digitales en un entorno empresarial dinámico.

Construir un modelo de ciberseguridad organizacional debe ser una de las prioridades para la alta dirección.

Los incidentes y ataques cibernéticos seguirán incrementándose y como se ha demostrado seguirán creciendo en sofisticación e impacto, pues continuarán siendo increíblemente redituables para los perpetradores así que destinar recursos a la ciberseguridad, a la captación y formación de cuadros antes de ser vulnerados, será siempre una inversión y no un gasto.

 La resiliencia cibernética en la organización deberá ser una aspiración para todos los sectores y será alcanzable responsablemente con la participación activa de todas las partes interesadas.

 

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Referencias

(2022, octubre). Real Estate. “6 Tecnologías que representan un mayor riesgo en ciberseguridad”. Recuperado 3 de enero de 2023, de: https://realestatemarket.com.mx/noticias/43310-6-tecnologias-que-representan-un-mayor-riesgo-en-ciberseguridad

(2022, octubre). EY Building a better working world. “Cybersecurity. Secure Creators can innovate and adopt emerging technology without compromising cybersecurity”. Recuperado 3 de enero de 2023, de: https://www.ey.com/en_gl/consulting/is-your-greatest-risk-the-complexity-of-your-cyber-strategy