De acuerdo con “Google Trends”, el interés por el término “Digital Transformation” ha disminuido en forma significativa desde sus máximos en marzo de 2020, cuando estaba iniciando la pandemia. Esto indica que la transformación digital es algo del pasado o que está tan incorporada a nuestra vida que perdió interés como novedad. 

Transformacion digital es uno de los términos más usados y menos comprendidos en las organizaciones. Inicialmente se asoció el término con usar tecnología digital.  Y como las empresas digitales obtenían resultados muy superiores a las empresas tradicionales, la venta de tecnologías para apoyo de estos modelos de negocio digital se disparó. El inconveniente es que las empresas tradicionales compraron tecnologías digitales, pero continuaron con su modelo tradicional de negocio, conocido como modelo lineal. El artículo de HBR (Harvard Business Review) “Digital Transformation Is Not About Technology«, presenta un estudio sobre los $1.3 billones de USD que las principales empresas de EE.UU. invirtieron en transformación digital durante 2019, y concluyeron que $900 mil millones de USD– 70% – no cumplieron su objetivo.  Pero lo más preocupante es que esta cifra está creciendo; se calcula que en 2021 superó los $2 billones de USD, con una tasa de fracaso aun mayor. 

Esto nos ilustra el principal inconveniente con el mundo digital: es muy diferente al mundo tradicional. Los modelos de la empresa tradicional o empresa lineal, como se conoce, no aplican para el mundo digital. Quizás el cambio fundamental es que el principal determinador de lo que puede hacer una empresa en el mundo tradicional es el dinero.  La empresa tradicional considera que con dinero se puede hacer todo. Pero esto no es válido en el mundo digital, por varios factores.

El principal aspecto, es que los recursos en el mundo digital son mucho más económicos en lo individual.  Mientras que lanzar un negocio tradicional a gran escala puede requerir inversiones millonarias, los negocios digitales se pueden emprenden con pocos recursos.  Peter Diamandis, uno de los analistas más visionarios del mundo digital, autor de diversos libros sobre el tema y propietario de diversas empresas digitales que lo convirtieron en un exitoso millonario, plantea que el costo de lanzar un emprendimiento digital ha disminuido exponencialmente, desde inicios de siglo.  Dice que arrancar un negocio digital iniciando el siglo XXI podía requerir un millón de dólares en tecnología, cifra que para 2020 se había reducido a $500 USD. Esto principalmente porque hoy no se compra tecnología. Antes se requería comprar servidores, software y computadoras de gran capacidad; hoy se trabaja en la nube, con software SaaS, y se paga solo por lo que se usa.

La reducción en costo de recursos desaparece una de las principales barreras para la innovación y el emprendimiento: la necesidad de capital, y permite que las personas con iniciativa puedan iniciar un negocio rápidamente, sobre todo aquellas que son objetivas sobre el valor que se espera del negocio, es decir: el cliente.  Son muchos los unicornios del mundo digital que han sido creados por clientes insatisfechos, es el caso de Netflix por un cliente molesto por una multa de Blockbuster; Uber por un pasajero ansioso; o AirBnB por posible huésped incómodo por los altos precios de los hoteles en San Francisco. Esto sin contar con empresas donde el cliente interno (empleado) decidió que era mejor iniciar por su cuenta, como es el caso de Facebook – hoy Meta – o PayPal.

Estas tendencias están redefiniendo los esquemas y resultados en el mundo empresarial. Hoy 90% de los billonarios son digitales.  Cada 14 horas surge un nuevo billonario, que con seguridad viene del mundo digital. Y estos billonarios están duplicando su riqueza cada 18 meses. 

De acuerdo con el último informe de la revista Forbes sobre los millonarios (2021), la riqueza de los billonarios pasó de $8 billones de USD en 2020, a $13.1 billones en 2021, lo que representa un crecimiento de 63.7% en 12 meses, o 100% en 18 meses.

Y es que el mundo – o al menos la riqueza – es hoy digital. Si bien la economía tradicional y la empresa lineal aún existen y es la realidad para la mayoría de los habitantes del planeta, su participación y aporte se está reduciendo en forma sorprendente.

Y si esto es cierto, ¿por qué la transformación digital está reduciendo su “atractivo” en las tendencias de Google? Mi hipótesis es que transformación digital es el término que identifica el interés de los “migrantes digitales” por conocer y aplicar estos modelos digitales. Migrante digital es la forma con la que se describe a las personas que nacieron en el mundo tradicional (no digital), pero que están aprendiendo a vivir en el mundo digital. Es un término que se aplica para la mayoría de los directivos del mundo y con certeza para la totalidad de los ejecutivos latinoamericanos.  Casi todos los jóvenes menores de 30 son nativos digitales: desde chicos estuvieron inmersos en el Internet, tenían tablet o smartphone, y la computadora es una herramienta básica de trabajo. Para ellos “transformación digital” no tiene sentido pues no tienen que transformarse para ser digitales.  Y quizás no entiendan que para esos “adultos mayores” – quienes son sus jefes – todo lo que para ellos es natural y obvio, les resulta complicado e incluso incomprensible.

Estos “adultos mayores” que no nacieron en el mundo digital, pero que hoy están siendo atacados y desplazados por competidores digitales, son los clientes de la transformación digital. Pero a medida que estos adultos – quitemos el “mayores”, pues muchos no lo son – entienden que el mundo digital es la nueva realidad e incorporan sus principios, dejan de interesarse por la transformación digital para desplazar su interés a los aspectos propios de esta economía, como es el caso de la Inteligencia Artificial (AI), Big Data, Analítica de Datos, Internet de las Cosas (IoT) o Internet de los Comportamientos (IoB).

La transformación digital podemos asociarla a un tipo de umbral de ingreso al mundo digital. Quizás el interés se esté desplazando de este umbral a elementos propiamente del mundo digital. O quizás el mercado esté reconociendo que esta transformación es quizás el proceso más complicado que deben realizar las organizaciones actuales, pues implica desechar mucho de lo que actualmente consideran valioso.

De cualquier forma, el interés en el término “Transformación Digital” puede ser indicador del interés por atravesar este umbral e ingresar al mundo digital.  Como el interés en el término ha disminuido, esto implica dos cosas: que el mercado ya está pasando al mundo digital, o que el mercado es tan miope que no entiende las causas de sus problemas.  Esperemos que sea la primera opción, por el bien de nuestras economías y los trabajos que dependen de ellas.

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