El uso de Internet y de las redes sociales se ha convertido en una constante dentro de la sociedad contemporánea. El impacto de las imágenes y mensajes vertidos en estos medios posee un alcance global, esto sin olvidar la vulnerabilidad que por su propia naturaleza representa la Web para muchas naciones. Actualmente, Internet se está convirtiendo en una prioridad en las agendas políticas de diversos gobiernos y organizaciones internacionales, pues del mismo modo en que puede emplearse a favor de una causa social, puede ser utilizada por parte de organizaciones terroristas. En el caso del Estado Islámico, las funciones de reclutamiento y propaganda a través de las redes sociales en Internet ha atraído la atención de los expertos en seguridad, quienes ven en estos mensajes algo más que la adopción de un nuevo medio: se trata de la transformación de las amenazas trasnacionales y de las medidas necesarias para garantizar la seguridad nacional e internacional. Ante este escenario, el objetivo de este artículo es analizar la forma en la que opera el Estado Islámico, el significado de sus acciones y el impacto que genera en las redes sociales, todo ello empleando métodos de observación digital en TwitterLiveLeaks You Tube

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) poseen un ritmo de evolución acelerado, la facilidad con la que hoy se establecen lazos de interacción global hubiera sido impensable hace solo 50 años. Por ello el espacio virtual como medio y objeto de estudio plantea serias complejidades, ya que se trata del primer espacio artificial en el que coinciden personas de todo el mundo, de un lugar donde se puede intercambiar y resguardar información, y donde los datos conforman tanto el medio como el mensaje.

La inserción de estas aplicaciones científicas en diversos ámbitos de la vida cotidiana posee un doble efecto: por un lado, facilita y potencia el ejercicio de actividades de diversa naturaleza y, por otro lado, representa vulnerabilidad, pues se trata de un medio en el cual no existen fronteras y el anonimato protege a quienes actúan en dicha vía. En el plano de los Estados, la red de redes representa una importante fuente de amenazas para la seguridad de las naciones.

El uso de las redes sociales en Internet ha crecido significativamente en los últimos años. Según datos del Pew Research Center, entre 2005 y 2015, 90% de los adultos jóvenes de entre 18 y 29 años las usabaiii, esto sin duda posibilitado gracias a que, en 2015, 3.2 mil millones de personas contaban con acceso a Internet, de las cuales 2 mil millones vivía en países desarrolladosiv. Los efectos negativos de esta difusión no se han hecho esperar, pues se estima que cerca de 90 países han sido blanco de operaciones de reclutamiento en redv por parte del Estado Islámico, también conocido como Daesh (en árabe). Dichas actividades han conseguido atraer a más de 30 mil combatientes extranjeros a escenarios como Siria e Iraqvi.

Ante este panorama, este artículo empleó técnicas de observación digital en TwitterYou Tube y LiveLeaks con el fin de analizar las implicaciones y reacciones alrededor de la actividad del Estado Islámicotomando en cuenta que las acciones de esta organización terrorista son preocupantes, tanto en su modo offline como online, y generan un impacto en la sociedad y en los gobiernos.

Empleando métodos de observación no participante en dichas plataformas se realizó un análisis entre marzo y mayo de 2017. Durante este periodo se observaron cuentas de Twitter y canales de You Tube y LiveLeak relacionadas con el Estado Islámico, también se monitoreó la actividad de hashtags como #IslamicState, #Daesh y #داعش (Estado Islámico en caracteres árabes). En adición, se analizaron videos colocados en You Tube y LiveLeaks pertenecientes a actividades de reclutamiento y propaganda; en este camino fue imposible ignorar los videos de ejecuciones que, sin duda, poseen un fuerte mensaje para los usuarios de las redes sociales en Internet. Dichos elementos fueron archivados y analizados en un intento por comprender la forma en la que Daesh traslada la yihad al espacio cibernético y las consecuencias de estas actividades en la sociedad y en las medidas de seguridad de diversos gobiernos. Todo lo anterior se trabajó teniendo en cuenta las proposiciones presentadas por Christine Hine (2015) respecto a la necesidad de una revisión constante de categorías de análisis y la autorreflexión de las prácticas etnográficas situadas en campos de investigación en línea.

De esta forma, por ejemplo, en el caso de Twitter el empleo de hashtags permitió localizar cuentas de usuarios en contra de las actividades de propaganda de Daesh, quienes han optado por crear un contramovimiento en línea con el fin de satirizar el contenido que la organización coloca en esta plataforma cuyo fin es propagar el temor y promover su causa. Asimismo, se recolectaron todo tipo de tweets, desde los usuarios que se posicionan en contra de la actividad del Estado Islámico (EI), hasta quienes consideran al islam un peligro para Europa, teniendo en cuenta que todos estos mensajes ayudan a comprender el impacto de ciberyihad de Daesh.

En el caso de You Tube y Liveleaks, luego de la búsqueda de material del EI en estas plataformas que, cabe mencionar, es abundante, se optó por clasificar los videos de acuerdo con la siguiente categorización:  

  1. Videos con fines de reclutamiento y propaganda, en los que se recurre a narrativas religiosas para justificar el combate a las fuerzas “impías” en Siria e Iraq, así como los atentados terroristas reivindicados por la organización. 
  2. Videos de ejecuciones, en los que, mediante el asesinato de rehenes en manos de Daesh, se desea presionar a diversos gobiernos a actuar o abstenerse de actuar, de acuerdo con las demandas de la organización. Estos videos también tienen el objetivo de mostrar las capacidades del EI y propagar el miedo en la audiencia. 
  3. Videos de combate. Se trata de grabaciones en campos de entrenamiento e incluso de batallas en las que la organización muestra su capacidad de combate y de armamento en lugares como Siria e Iraq. 

Para este análisis se observaron dos videos pertenecientes a cada categoría (seis en total), de los cuales, gracias al empleo de fichas de análisis, se examinó: contenido visual, número de planos y contenido del discurso utilizado en las grabaciones.  

Antecedente: Al Qaeda y el uso de los medios de comunicación  

Al Qaeda surgió como producto de la invasión soviética en Afganistán en la década de los ochenta; la mente detrás de esta organización es Abdullah Azzam, quien ante la intervención militar rusa se sintió convocado a luchar contra los enemigos del islam. De esta forma, Azzam creó la Maktab al-Khadamat (MAK), que consistía en una oficina de servicios encargada de captar recursos económicos y voluntarios para colaborar en la lucha contra los ocupantes soviéticos en suelo afgano.vii En este proyecto Azzam conoció a dos figuras que más adelante serían importantes para el desarrollo de la organización: Osama Bin Laden y Wa´el Julaidan, quienes junto a Azzam recibieron apoyo por parte de la monarquía saudí y del servicio de inteligencia de Pakistán.viii 

En noviembre de 1989 Abdullah Azzam murió en un ataque con bomba en Peshawar, Pakistán.ix Como sucesor se colocó Osama Bin Laden, quien aprovechó la estructura y las redes sociales de la organización para crear una nueva red: Al Qaeda.x El término proviene del árabe qaf-ayn-dal y no fue utilizado por Bin Laden sino hasta después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York.xi Ya con Bin Laden al mando, Al Qaeda se transformó en una red conformada por una estructura informal de alianzasxii que progresivamente tendió sus conexiones a escenarios como Iraq, Pakistán y Sudán. 

Pese a que desde la época de los 90 Al Qaeda contaba con recursos para ejecutar sus propias operaciones terroristas, tras el 11 de septiembre y los daños sufridos en Afganistán, la organización y sus grupos asociados encontraron dificultades para operar en suelo estadounidense y europeo, por lo que orientaron sus actividades a escenarios como Chechenia, Indonesia, Túnez, Marruecos, entre otros lugares, y en contra de objetivos occidentales localizados en Arabia Saudita, Turquía e Iraq. En este periodo el peso de las actividades recayó más en los grupos asociados que en la propia organizaciónxiii

Tras la muerte de Osama Bin Laden en la operación Lanza de Neptuno en mayo de 2011, Ayman al Zawahiri lo sucedió a la cabeza de Al Qaeda. Actualmente, Zawahiri es uno de los miembros de la organización con más visibilidad en los medios de comunicaciónxiv

Al mismo tiempo, la presencia de la organización en los medios de comunicación aumentó, aunque desde antes Al Qaeda comenzó sus actividades de propaganda enviando videos a la cadena televisiva Al Jazeera, con sede en Catar, la cual recibía las grabaciones a través de su sede en Pakistánxv

Desde la época de los 90, Al Qaeda incorporó para su funcionamiento la innovación en comunicaciones, comenzando a emplear la telefonía satelital para mantener sus procesos operativos y logísticos; es precisamente en estos años que la red comienza a expandir sus capacidades de navegación online; empero, la televisión siempre representó una herramienta de comunicación muy importante para Al Qaeda y aparecieron diversos canales informativos yihadistas como: Al-Ándalus, Al-Mojahden Jihadi Channel, As-Sahab, Al-Ansar, Global Islamic Media Front, Manba Ul-Jihad; Sabka, Al-Boraq, Alfurqan, Al-Bilag, Al-Fajar, Sabka Alqama Al-Islamia, Sabka Al-Tajdi Al-Islamia, y Al-Kataib News Channelxvi

También se crearon sitios Web administrados por miembros vinculados o pertenecientes a Al Qaeda, entre los que figuran: Ansar Al-Jihad Network y Al-Mojahden Electronic Network, esta última con variantes como Majahdenar.com; Majahden.info/vb; Majahden2.org/up; Majahden.info; Mojahden.net; Majahden.ubb.cc; Majahden1.com y Majahden2.orgxvii, ninguna de las cuales se encuentra en funcionamiento (véase imagen 1). 

 

 

 

 

 

 

 

La Al-Mojahden Electronic Network estaba totalmente redactada en árabe y contaba con foros de discusión. Durante su operación, la página se mantuvo en permanente actualización y se encargaba de difundir comunicados y mensajes de la organización; para su funcionamiento empleó la plataforma VBulletin, lo cual favoreció el diseño de forosxviii

Al Qaeda también contó con una revista electrónica llamada Inspire, editada por Al-Malahem Media, un canal también perteneciente a la organización, de periodicidad trimestral y traducida al inglés. El objetivo de los medios adoptados por Al Qaeda fue servir a sus labores de propaganda y reclutamiento, en especial el llamado se dirigió a las sociedades musulmanas y a los musulmanes en el extranjero, con énfasis en los jóvenes, para ejecutar acciones de la yihad defensiva (fard ayn). En adición, Al Qaeda convocó a la defensa de los lugares sagrados, la religión, el honor, los territorios y su purificaciónxix

Con lo anterior, es posible observar que en el tránsito de los 90 hacia la primera década del siglo XXI se transformaron tanto la estructura como los medios de comunicación de Al Qaeda, comenzando con el empleo de tecnologías satelitales con fines operacionales, pasando por el envío de material audiovisual a cadenas televisivas hasta, finalmente, crear sus propios medios de comunicación en la red. El establecimiento de canales de interacción, e incluso de espacios de discusión, demuestra la transformación de las capacidades de reclutamiento y propaganda de Al Qaeda facilitada por los nuevos medios, así como la ampliación de la audiencia a la que dirigió el mensaje. 

No obstante, las diferencias con Daesh son las redes empleadas para tales objetivos, el uso de espacios como Twitter e incluso la creación de su propia versión de Facebookxx sugiere que el mensaje está dirigido a una población joven; en adición, la mayor parte del material visual y audiovisual está disponible tanto en inglés como en árabe. Otra diferencia con Al Qaeda es el carácter violento en extremo adoptado por el Estado Islámico tanto fuera como dentro de la red, que incluso fue fuente de enfrentamientos entre el propio Ayman Zawahiri y Atiya Abd Rahmanxxi contra Abu Musab Al Zarwawi, líder de Daeshxxii.  

No obstante, Al Qaeda también había emitido con anterioridad videos de decapitaciones como es el caso de los ciudadanos estadounidenses Daniel Pearl (1º de febrero de 2002xxiii) y Paul Marshall Johnson Jr. (junio de 2004xxiv), en Pakistán y Arabia saudita respectivamente. 

 

Continuará … 

 

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